Leyendas a parte, la historia de los tortellini se remonta al siglo XIII y desde entonces hasta hoy se ha ido reafirmando como un plato para verdaderos glotones, tanto en Italia como en todo el mundo.  Es curioso pero, como en muchos casos más, el tortellino parece ser que nació como plato pobre. Para poder utilizar la carne que no se comía y que quedaba en las mesas de los nobles, los pobres, que no disponían de mucho más que harina, agua y en algunos casos huevos, se ingeniaron y decidieron poner aquella carne dentro de una “hoja” de pasta y sellar el todo haciendo un pequeño nudo alrededor del dedo, torciendo la pasta. De allí el nombre,  torcido-turtléin (en dialecto boloñés) y finalmente tortellini.

La región Emilia Romagna

Además el tortellino es un tipo de pasta que tiene muchos primos, tanto salados como dulces. En la misma región Emilia Romagna, alrededor de la zona de Bolonia y Modena, existen varios tipos de pasta fresca rellena que descienden directamente de su primo más internacional. Los Tortelli, otro tipo de pasta rellena más plana y no torcida. Los Cappelletti, originarios de la zona de Reggio Emilia primos hermanos de los tortellini. Los Cappellacci, de la zona de Ferrara, una versión grande del tortellino tradicional.  Los Añolotti, de la zona de Parma. Y luego las versiones dulces de tortellini rellenos de natillas, chocolate o mermeladas que se fríen o se cocinan al horno.

Los diferentes tipos de pasta rellena de la región Emilia Romagna: Tortelli y Capelletti en Reggio Emilia, Añolotti en Parma, Tortellini en Modena y Boloña, Cappellacci en Ferrara.

Volviendo a nuestro protagonista, los tortellini son EL PLATO que se consume en la comida del día de Navidad siguiendo la receta original depositada por la Dotta Confraternita del Tortellino (literalmente traducido, la Erudita Cofradía del Tortellino). Cada vez que lo pienso, flipo solo con la idea. ¿Existe una cofradía del tortellino?  Sí, y además es erudita. ¡Tocate las narices! Esto es el tipo de cosas que me confirma que el mundo de los alimentos es algo maravilloso y mágico. Hay espacio para todos. Glotones, eruditos, dioses del Olimpo, pobres y ricos, familias, amigos y tradiciones navideñas….todo esto, cerrado en un pequeño triangulito de pasta al huevo relleno de carne. ¿Es pura magia, verdad?

Foto del plato más delicioso del universo. Los tortellini de mi abuela María en caldo de carne de Buey, Capón y Gallina, que a sus 86 años los sigue preparando uno a uno con sus manos y con mucho mucho amor.

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El Panettone, típico dulce navideño originario de la zona de Milán, está presente desde hace ya varios años en escaparates de tiendas gourmet, panaderías chic y también en su versión más low cost en los lineales de los supermercados españoles. Estamos más o menos tod@s familiarizad@s con ello.

El más desconocido y acérrimo rival del Panettone es el PANDORO, que desde siempre se disputa la plaza de honor en las mesas navideñas.

Pero, ¿Qué es el PANDORO?

Un maravilloso y “mantequilloso” dulce, suave en el paladar, que tiene una forma de brioche en estrella. Es un dulce con mucha historia y recorrido. Es un dulce con pedegree. Sus antepasados fueron nada más nada menos que:

El Pan de Oro, un postre que se consumía en las mesas de la nobleza Veneciana en la época renacentista, del cual el pandoro coge el nombre.

El Pan de Viena, un brioche muy famoso en la corte austriaca.

Y el Nadalin, un antiguo dulce veronés con forma de estrella.

Y es justo en Verona, la famosa ciudad de Romeo y Julieta, donde se da a luz al primer PANDORO. En el 1894 el pastelero Domenico Melegatti registra y patenta la misma receta de pandoro que comemos hoy.

Si eres un cocinillas y te atreves a prepararlo, puedes encontrar muchas recetas en internet pero la mejor para mí es ésta: http://www.youtube.com/watch?v=ugbciLZkqXo  (Además, en este vídeo, conocerás a mi guru de las recetas de panadería y bollería).

Si te parece demasiado laborioso, como se tarda mucho tiempo en prepararlo, puedes recurrir a los, también buenos, productos ya envasados.  Las tiendas especializadas con productos Made in Italy venden versiones de pastelerías artesanales aunque debo reconocer que, en este caso, también el producto industrial no está mal. Dicho por mí, que normalmente huyo del mundo industrial, tiene mérito, aunque reconozco que existen solo dos marcas que me atrevería a recomendar: Bauli, mi favorita,  y Melegatti.

Y finalmente, si después de leer te ha picado el gusanillo y estás pensando en probar pandoro, te cuento también los 3 pasos imprescindibles para tomar un PANDORO PERFECTO:

1. Sin abrir la caja, pon tu pandoro encima del radiador, unos 10/15 minutos antes de su consumo. Este truco sirve para atemperar la mantequilla que tiene la masa y hará que el pandoro esté más hidratado y esponjoso.
2. Abre la caja; dentro encontrarás un sobre de azúcar glass, todo pandoro que se respete viene con un sobre de azúcar glass dentro. Vierte el sobre por completo dentro de la bolsa de plástico donde está envuelto el pandoro. Ciérrala y agita todo para distribuir uniformemente el azúcar glass sobre la superficie.
3. Corta el pandoro en horizontal para poder apreciar la forma de estrella. Ojo, un pandoro de verdad tiene 8 puntas. Ni una más ni una menos

Cuando lo pruebes ya me dirás si eres de panettone o de pandoro. ¿Has adivinado de que soy yo?

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